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Muñeco Magico Hada Cisne 28 cm. (Sabiduría) (Elfos)
Muñeco Magico Hada Cisne 28 cm. (Sabiduría) (Elfos)
Referencia: EL41036

Los Elfos fueron los primeros en despertar. Cuando cobraron vida, lo primero que percibieron fue el bosque bajo la luz de las nuevas estrellas. Por eso, los elfos aman sobre todo la naturaleza y las estrellas. Son una raza noble y agraciada de seres inmortales que se parecen a los hombres, pero que brillan con una luz interior que revela un espíritu de pensamientos y dones únicos.
Estos pequeños seres son muy ágiles y no suelen dejar huellas por donde caminan. Físicamente tienen una apariencia amable, pero esconden grandes poderes, siendo inmunes a las temperaturas extremas y a las enfermedades. No necesitan dormir mucho, tres horas diarias son suficientes. Son inmortales y envejecen de forma casi imperceptible. Normalmente sólo mueren por dos causas: la violencia o por la pérdida de interés hacia el mundo. En este último caso, el elfo, al perder la voluntad de vivir, progresivamente va siendo destruido por la pena.
Los elfos ven en una noche estrellada tan bien como un humano en pleno día.
Su sentido del oído es también magnífico y sin duda tiene mucho que ver con sus habilidades musicales.
Poco a poco, nuestra brutalidad desalmada ha ido arrasando los bosques, secando nuestras fuentes y contaminando los ríos. Nuestros pequeños amigos, tristes y desolados, han tenido que ocultarse y ya sólo se les puede ver fugazmente.
A tu elfo siempre le acompañará su piedra mágica-semipreciosa, junto con algunas plantas y semillas; si no lleva estos elementos no es un verdadero elfo. Coge la piedra, frótala entre tus manos, cierra los ojos y te trasladarás a su mundo.
Este elfo desea que hagas de tu casa un hogar para él y no olvides que si eres su amigo te protegerá.

CISNE

La tormenta puede ser feroz, las rocas estar enraizadas que hasta a un gigante le sería imposible apartarlas.
Puede que la noche te engañe en su oscuridad o que el viento rompa las montañas.
Todo eso puede ser, así que olvida Hombre, esa creencia tuya, de que eres imbatible; porque sólo lograrás que la imprudencia te destruya.